Vivimos en un mundo lleno de distracciones donde es difícil concentrarnos y nos resulta complicado disfrutar plenamente del día a día. El concepto budista de conseguir llegar a un estadio de conciencia plena pretende hacer frente a este problema desde hace siglos. En los últimos años se han popularizado técnicas de meditación ancestrales y se han "creado" nuevos métodos, como el mindfulness, ejercicios que combinan algunas de estas técnicas para favorecer la consciencia de nosotros mismos y permitirnos disfrutar más del presente.
El objetivo del mindfulness es ayudarnos a dejar de lado las distracciones presentes en nuestra rutina para que podamos ser más conscientes de nosotros mismos y de lo que nos rodea. Una forma de conseguir este equilibrio es mediante el cuidado de la alimentación. En este artículo, "Mindfulness: ejercicios para ser consciente del aquí y del ahora", te proponemos un ejercicio para que comas con los cinco sentidos.
Alimentación y mindfulness: ejercicios
Es importante adquirir consciencia no solo de quiénes somos o de cuáles son nuestros objetivos, sino también de lo que consumimos día a día. Si lo aplicamos a la alimentación, el mindfulness puede ser un excelente recurso para modificar nuestros hábitos alimenticios por otros más saludables y que respeten tanto nuestra salud como el medioambiente.
Debes estar preguntándote cómo puedes aplicar estos consejos a tu vida diaria y de qué modo puedes ver los beneficios del mindfulness en lo que se refiere a la alimentación. ¡Empieza por el ejercicio de la pasa!
1. Coge una pasa y obsérvala. Fíjate en sus colores, tonalidades y textura, es decir, en todos los detalles que la definan como fruto.
2. Cierra los ojos y luego tócala detenidamente. La idea es despertar el sentido del tacto lo máximo posible. Define su textura, su piel... Huélela y descubre los aromas que predominan en ella.
3. Llévatela a la boca sin morderla. Mantenla unos cuantos segundos en tu lengua, entre los dientes, entre los labios... Trata de identificar la textura que antes has visto y palpado. Hazlo pausadamente, sin prisa.
4. Muérdela y reparte el sabor por toda tu boca, deja que su sabor acapare tu sentido del gusto y disfrútalo. Después muérdela suavemente y siente cómo desaparece al comerla.
5. Abre los ojos tras unos segundos, cuando el sabor de la pasa ya no predomine y la hayas acabado de comer.
Esta forma de saborear y observar lo que comemos nos ayuda a valorar los alimentos y nos hace más conscientes de la importancia de una alimentación equilibrada.
¿Por qué es importante comer de forma consciente?
No solo es importante comer de forma nutritiva y equilibrada, sino también disfrutar plenamente de los alimentos que consumimos a diario para establecer un vínculo más armónico y directo con los productos que llevamos a nuestra mesa. Ser conscientes de la comida que ingerimos nos ayuda a evitar excesos alimenticios que pueden dar lugar a enfermedades como la obesidad.
Por ejemplo, si vamos al cine podemos comer muchísimas palomitas durante la película sin darnos cuenta; es muy habitual. Sin embargo, si somos realmente conscientes de la importancia de comer bien, elegiremos productos con menos calorías y grasas, y los tomaremos en cantidades acordes con las necesidades de nuestro organismo.
También ocurre cuando comemos viendo la televisión, delante del ordenador, trabajando o incluso leyendo el periódico. Estamos centrados en otras cosas menos en disfrutar de los alimentos. Recuerda, ¡el objetivo es la atención plena!
Aplicado a la alimentación, el mindfulness puede ayudarnos a cambiar nuestras rutinas alimenticias por otras más sanas y equilibradas y, a la vez, a aumentar el placer en cada comida. ¡Disfruta del aquí y del ahora!