¿Sabías que existen más de 30 especies de lavanda? La lavanda se reconoce por su forma y color únicos, pero su característico aroma es su atributo más distintivo y valioso en la perfumería y la cosmética. Sin embargo, ¿alguna vez has preparado una infusión de lavanda? Sigue leyendo y descubre todo sobre esta infusión.
Infusión de lavanda: propiedades y contraindicaciones
La lavanda es una planta aromática semiarbustiva en forma de espiga con largos y ramificados tallos coronados por flores perfumadas de color lila azulado. Es habitual en los jardines mediterráneos y es de cultivo muy fácil, por lo que es una elección segura para terrenos secos o arcillosos.
En un sentido más doméstico, la lavanda es una planta que, gracias a su aroma y sus propiedades relajantes, se emplea en una amplia gama de productos, tales como aceites esenciales, velas, incienso y té. Este último, en particular, es muy valorado debido a los múltiples beneficios que aporta al cuerpo humano.
También tiene un uso decorativo, pues las flores secas pueden utilizarse para adornar, además de que perfuman la casa, el interior de los armarios y los cajones.
Aliviar el estrés
Los taninos, el aceite de alcanfor y los flavonoides son algunas de las propiedades de la lavanda beneficiosas para la salud. La infusión de lavanda se usa para aliviar el estrés y relajarse. De hecho, es común añadir lavanda a los preparados de infusiones para dormir.
Combatir la ansiedad
Por otra parte, está científicamente probado que los aceites esenciales de la lavanda, consumidos en infusión, ejercen un efecto calmante sobre la mente y las emociones, por lo que son beneficiosos para combatir la ansiedad.
Aplacar el insomnio
La infusión de lavanda también se usa para combatir el insomnio. Su poder sedante ayuda a conciliar el sueño, por lo que beber una taza de esta infusión antes de acostarte puede ayudarte a dormir mejor.
Mejorar la digestión
Las propiedades de la lavanda pueden ayudarte a mejorar tu digestión y a gestionar problemas intestinales por nervios o por estrés. Además, la lavanda puede evitar problemas gastrointestinales como cólicos, inflamación intestinal y flatulencia.
Atenúa el dolor
La lavanda tiene propiedades analgésicas, lo que significa que puede ayudar a aliviar el dolor de cabeza, la tensión muscular y otros dolores corporales.
Alivia las inflamaciones
La lavanda tiene propiedades antiinflamatorias, lo que significa que puede ayudar a reducir la inflamación y el enrojecimiento en la piel.
Contraindicaciones de la lavanda
Sin embargo, la infusión de lavanda está totalmente contraindicada en los siguientes casos:
- Para personas que sufren de epilepsia debido a los efectos que produce en el sistema nervioso.
- Tampoco está recomendada para las personas que sufren de gastritis, colitis o síndrome del colon irritable (SCI).
- Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia tampoco deben consumirla, pues algunos componentes de la lavanda podrían ser tóxicos para el bebé.
- Asimismo, tampoco es recomendable para menores de 6 años, pues su sistema digestivo aún no está del todo preparado.
Preparación de la infusión de lavanda
Para preparar una infusión de lavanda:
- Calienta el agua en el microondas durante 2-3 minutos en una jarra del infusor de tés.
- Echa varias flores secas de lavanda en el agua y deja infusionar unos minutos.
- Gira tu Infusor de tés y disfruta del efecto lluvia al dejar caer tu infusión de lavanda.
- Abre el infusor de tés, echa la infusión en tu taza favorita y ¡lista para tomar!
- Puedes consumirla tanto fría como caliente.
¿Sueles tomar infusiones para calmar los nervios? La infusión de lavanda puede ser de ayuda, aunque es importante recordar que, con las cantidades tan pequeñas que se toman, las propiedades no surten todos los efectos que se les atribuye. En cualquier caso, las infusiones son una buena opción de bebida. Pruébala usando el Calm Tea Ritual Set para hacer de tu experiencia un auténtico oasis de tranquilidad.