Seguro que has oído hablar de recetas en las que se usa clara del huevo cruda por sus múltiples propiedades, pero ¿conoces los riesgos de comerla sin cocinar? En este post te hablaremos de algunas de las propiedades y características de la clara de huevo.
Composición y propiedades de la clara de huevo
La clara de huevo es la parte líquida y semitransparente que apreciamos en el huevo. Su principal función es encubrir y proteger la yema, que es la zona blanda y amarilla ubicada por lo general en su centro. Está compuesta, principalmente, de agua y de proteínas, y también es destacable su bajo contenido en grasas y su gran aporte de vitaminas y minerales.
Aunque su color natural es transparente y su textura acuosa, al calentarse se coagula y adquiere la coloración blanca que le es tan característica. Cuando se toma separada de la yema, su valor biológico, es decir, la calidad de su proteína, es menor y su valor nutricional también.
¿Clara de huevo cruda o cocinada?
Muchas personas aseguran que la clara del huevo cruda es más saludable y nutritiva que cuando la tomamos cocida. Sin embargo, no se trata más que de un mito extendido entre la población. Tomar clara de huevo cruda aumenta el riesgo de infección por salmonela, un grupo de bacterias que se suelen ubicar en la cáscara del huevo y que solamente desaparecen en el momento en que lo cocinamos. Por tanto, si el huevo está contaminado con salmonela y tomamos la clara cruda, tenemos más probabilidades de sufrir una infección alimentaria.
Asimilación de la proteína de la clara de huevo
Las proteínas del huevo se pueden digerir solo cuando están desnaturalizadas, es decir, cuando cambia su estructura, pero su composición sigue siendo igual. Desnaturalizar el huevo se logra cocinándolo. La alta temperatura a la que se somete rompe la estructura de las proteínas, lo cual no perjudica en absoluto a la calidad de estas, al contrario, las hace más asimilables y digeribles.
Batir la clara de huevo cruda y ponerla a punto de nieve también rompe la estructura de las proteínas y las hace más digeribles. No obstante, si la consumes cruda debes tener en cuenta que el riesgo de contraer una infección por salmonela no desaparece del todo. Por eso, lo más recomendable es utilizar, en la medida de lo posible, claras de huevo pasteurizadas, que sí disminuye este riesgo.
La tortilla de claras de huevo, por ejemplo, es una receta ideal para aprovechar al máximo propiedades de esta parte del alimento. Además, gracias al Microwave Omelette, puedes prepararla en un abrir y cerrar de ojos.
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¿En qué casos usar clara de huevo cruda?
Si definitivamente eres partidario de tomar la clara de huevo cruda, debes asegurarte de que sea pasteurizada por las razones que hemos explicado anteriormente.
Puedes usarla como ingrediente de batidos para después de hacer ejercicio físico, en granizados, en sorbetes o en refrescos caseros para darle más esponjosidad a la preparación.
Un ejemplo conocido es el batido de limón con menta. Para prepararlo solo necesitas unas cuantas hojas de menta, un poco de agua, hielo y claras de huevo. Es fácil de preparar en casa, es rápido e ideal como postre si tienes invitados y quieres sorprenderlos.
Por lo tanto, no es recomendable consumir clara de huevo cruda y es una alternativa en tu cocina solo si está pasteurizada. La puedes usar en refrescos, batidos, granizados… ¡Pero no olvides batirla! Disfruta de las propiedades y de los beneficios nutricionales de la clara de huevo.